La Profesora Deng es china y al ver a los niños mexicanos aprendendiendo (y hablando) el idioma oficial de su país me comentó que cree que el mundo se está achicando.
Sé que habla en sentido figurado pero, creo yo que lo que verdaderamente importa no es la distancia física entre dos objetos, sino la sensación personal de lejanía o cercanía que se tiene. A final de cuentas, lo principal es lo que uno siente y puede opinar, no la medición en kilómetros de la distancia.
¿Qué tan lejos está China de Latinoamérica? ¿Si cavo un pozo muy profundo, llegaré a China? ¿Es cierto que cuando aquí es de día en China ya es de noche?
Son algunas de las preguntas que oigo a diario al acompañar a los maestros a sus clases. Los alumnos de chino mandarín de la Profesora Deng no pasan de los 10 años y reciben clases de este idioma tres veces a la semana desde hace tres años, y seguirán haciéndolo los próximos seis.
Es probable que para estos niños mexicanos el aprender chino les haga pensar en China como un país no tan misterioso ni lejano como a los que hace unos años dejamos atrás la infancia.
El lado libre del aprendizaje del idioma chino.
